La provincia de Cuenca alberga una densidad sorprendente de simas, cuevas, torcas…, muchas de las cuales permanecen inexploradas o son verdaderos secretos de la geología.
«Nada que envidiar a lo que hay en la superficie» parece exclamar desde las profundidades este paisaje subterráneo.
Y es que estas formaciones son testigos de un pasado geológico marcado por la acción del agua y el tiempo. Un proceso kárstico que convierte en un auténtico dédalo de grietas el suelo que pisamos en estas zonas.
Vayamos a contemplar la que para mí es la joya de la corona (y que me perdonen los improbables geólogos que lean esto).